¿Crees que sabes lo que afecta tu vitamina D? Piensa de nuevo. Hay varios factores que influyen en los niveles de vitamina D—estación, tono de piel, medicamentos, peso, ubicación y otros variables más sutiles que pueden formar tu perfil individual. Esta página explora cómo encajan esas piezas y por qué los números pueden variar de una persona a otra. La estación y la ubicación importan porque determinan la cantidad de UVB que llega a la piel y cuánto dura la luz del día. En latitudes más altas, en invierno, la luz solar es más corta y la intensidad de UVB puede ser menor, lo que puede afectar la capacidad de la piel para sintetizar vitamina D. Las diferencias geográficas, la cubierta de nubes y la sombra urbana también influyen en la cantidad de exposición disponible, incluso antes de considerar otros factores. El tono de piel y el peso son dos factores biológicos importantes en esto. La melanina en la piel actúa como un filtro natural para UVB, por lo que las personas con tonos de piel más oscuros pueden experimentar diferentes dinámicas de síntesis bajo las mismas condiciones de exposición. El peso y la composición corporal pueden influir en los niveles de vitamina D circulante porque la vitamina es soluble en grasa y puede almacenarse en el tejido adiposo, afectando cuánto está disponible en la sangre. Los medicamentos y la ubicación geográfica en la que vives también influyen en este escenario. Algunos medicamentos pueden alterar el metabolismo de la vitamina D o cómo se absorbe y procesa en el cuerpo, mientras que los factores ambientales y de estilo de vida asociados a la ubicación—como el tiempo que pasas en interiores o en áreas sombreadas—pueden modificar los patrones de exposición. Comprender estos factores que afectan los niveles de vitamina D ayuda a explicar por qué las mediciones pueden variar y qué hay que tener en cuenta cuando piensas en tu propia situación.