Las vitaminas liposolubles se refieren a un pequeño grupo de nutrientes: vitaminas A, D, E y K. Se caracterizan por su capacidad de disolverse en grasas en lugar de en agua y por ser almacenadas en los tejidos del cuerpo, especialmente en el hígado y en las reservas de grasa. Debido a esta propiedad de almacenamiento, sus niveles pueden persistir durante períodos más largos, y los patrones de ingesta pueden ser diferentes a los de las vitaminas solubles en agua. Cuando se habla de vitaminas liposolubles, es útil entender las unidades generales utilizadas para las necesidades diarias, que suelen ser microgramos (µg) o Unidades Internacionales (UI). La absorción de las vitaminas liposolubles comienza en el tracto digestivo y depende de la presencia de grasas dietéticas y de la bilis. Estas se incorporan en micelas, son absorbidas por las células intestinales (enterocitos) y envasadas en lipoproteínas llamadas quilomicrones para su transporte a través del sistema linfático. Desde allí, se distribuyen al hígado y a otros tejidos según sea necesario. Debido a que estas vitaminas viajan con los lípidos, su almacenamiento y distribución dependen del metabolismo lipídico y de las reservas grasas del cuerpo. Las necesidades diarias de vitaminas liposolubles varían según la edad, el sexo y la etapa de la vida. Las directrices oficiales establecen cantidades recomendadas, expresadas en µg o UI, con valores diferentes para distintos grupos. Dado que estas vitaminas pueden acumularse en el cuerpo, un consumo prolongado en niveles altos puede conducir a excesos; por el contrario, una ingesta insuficiente puede resultar en bajos niveles de reserva. El conocimiento de estos patrones ayuda a describir cómo se consideran las vitaminas liposolubles en la planificación nutricional. Las consideraciones prácticas para las vitaminas liposolubles incluyen reconocer el papel de las grasas dietéticas en facilitar su absorción y la importancia de monitorear la ingesta total. Al usar productos fortificados o suplementos, se deben evitar megadosis a menos que sean recomendadas por un profesional calificado. Leer las etiquetas para entender el contenido y las unidades ayuda a ajustar la ingesta de acuerdo con las guías. Finalmente, hay que tener en cuenta factores como las condiciones de almacenamiento y posibles interacciones con medicamentos, ya que estos pueden influir en el manejo de las vitaminas liposolubles a lo largo del tiempo.