El factor intrínseco desempeña un papel fundamental en cómo el cuerpo maneja la vitamina B12. La función del factor intrínseco es unirse a la B12 en el estómago y formar un complejo estable que viaja al intestino delgado, donde ocurre la absorción. El factor intrínseco es producido por células especializadas en el revestimiento del estómago, y el complejo resultante está diseñado para resistir las condiciones digestivas hasta que alcanza el sitio de absorción. Al llegar al íleon, los receptores reconocen el complejo de factor intrínseco-B12 como una señal para la absorción. Las células ileales internalizan el complejo y liberan la B12 en la corriente sanguínea para su transporte a los tejidos. La persistencia del papel del factor intrínseco durante toda esta transferencia es esencial para la continuidad de la vía, asegurando que la B12 llegue a sus destinos a través del sistema de transporte del cuerpo. La disponibilidad de B12 a través del papel del factor intrínseco está relacionada con enzimas que participan en el metabolismo energético y con el mantenimiento de estructuras relacionadas con los nervios mediante reacciones dependientes de B12. Por lo tanto, la función del factor intrínseco ayuda a vincular el paso de absorción con procesos bioquímicos posteriores que dependen de este nutriente como cofactor. Cuando la función del factor intrínseco se ve alterada, la cadena de pasos que entrega la B12 a los sitios de acción puede verse comprometida. Esto puede modificar el volumen de B12 disponible para las enzimas dependientes de B12, con efectos posteriores en las vías metabólicas que dependen de este cofactor. Los resultados dependen del grado de alteración y del contexto dentro de la red más amplia del cuerpo.
