La náusea es una sensación de malestar o estómago incómodo que puede preceder al vómito. Es un síntoma común que aparece en una amplia variedad de situaciones, desde momentos breves de incomodidad hasta patrones que duran más tiempo. Comprender que la náusea puede tener diferentes desencadenantes ayuda a establecer expectativas y planear los pasos a seguir. Las causas de la náusea son diversas. Pueden estar relacionadas con el movimiento o el viaje, el estrés emocional o la ansiedad, infecciones o enfermedades, medicamentos, migrañas u otras condiciones. En algunas personas, la náusea aparece como respuesta a factores ambientales como olores fuertes o luces brillantes. Debido a que el mismo síntoma puede derivar de muchas fuentes, a menudo es útil observar cuidadosamente cuándo comenzó y qué estaba ocurriendo en ese momento. Aquí tienes pasos prácticos que puedes probar ahora para manejar la náusea en el momento. Encuentra un espacio cómodo y silencioso y adopta una postura relajada—sentado erguido o acostado con la cabeza ligeramente elevada. Intenta respirar lentamente y con calma, descansar un poco, y considera realizar una actividad de grounding, como enfocarte en sonidos del entorno o realizar visualizaciones suaves. Reduce los desencadenantes al limitar la exposición a olores fuertes y ambientes ruidosos o con mucha luz, y date tiempo para calmarte. Las señales de advertencia que requieren atención médica incluyen síntomas que son severos, persistentes o que empeoran. Busca atención si la náusea viene acompañada de vómitos que duran más de un día o dos, signos de deshidratación (boca muy seca, reducción en la cantidad de orina, mareo), dolor abdominal o en el pecho severo, confusión, fiebre alta, rigidez en el cuello, vómito con sangre, o si recientemente tuviste una lesión en la cabeza. Si la náusea interfiere en tus funciones diarias o reaparece con frecuencia, un profesional de la salud puede ayudar a determinar si existe un problema subyacente y discutir las evaluaciones apropiadas.