La información nutricional en las etiquetas de los alimentos proporciona los datos que necesitas para comparar productos. Normalmente incluye el tamaño de la porción, las calorías por porción y un desglose de los macronutrientes, como grasas, carbohidratos (incluidos azúcares y fibra) y proteínas, junto con vitaminas y minerales cuando se listan. El panel de nutrición también presenta una lista de ingredientes y, en algunos casos, valores diarios porcentuales que ofrecen una idea de cómo un nutriente encaja en una dieta estándar. Centrarse en esta información nutricional te ayuda a entender cómo se comparan diferentes productos entre sí. Al leer la información nutricional, comienza con el tamaño de la porción y las calorías por porción para establecer una base de comparación. Para una evaluación consistente, observa los valores por 100 g o 100 ml, además de por porción. Compara las grasas totales y los tipos de grasa (como las grasas saturadas), los azúcares (totales y añadidos, si se muestran), la fibra y la proteína. Revisa la lista de ingredientes para ver qué contiene el producto y en qué orden aparecen (los ingredientes más pesados van primero). Recuerda que la información nutricional puede incluir porcentajes de valores diarios que indican cuánto contribuye un nutriente en relación con una cantidad diaria típica, lo que puede ayudarte a evaluar la presencia relativa de cada nutriente. Utiliza la información nutricional para orientar tus elecciones de porciones e ingredientes. Considera el tamaño de la porción indicado como referencia para estimar la ingesta, y ajusta los números si tu porción real difiere. Al comparar opciones, ten en cuenta las calorías por 100 g/ml y cómo se presentan los azúcares para alinearte con tus preferencias. Revisa los ingredientes para identificar componentes reconocibles y evalúa si la lista parece basarse en ingredientes complejos o sencillos. Ten en cuenta los envases que contienen varias porciones y considera cómo tu consumo total se ajustará a la información proporcionada.
