Si te has estado preguntando por qué los suplementos no funcionan, no estás solo. El problema a menudo no es que un solo producto no cumpla con su función; sino una combinación de factores que pueden descarrilar los resultados. La calidad, la dosificación y la absorción son fundamentales, con variables adicionales como el almacenamiento, la precisión del etiquetado y la procedencia que también influyen. Enmarcar el problema de esta manera te ayuda a identificar dónde intervenir en lugar de adivinar el resultado. La calidad y el etiquetado son una fuente común de problemas cuando los suplementos no funcionan. La potencia incorrecta, ingredientes no revelados o contaminantes pueden socavar lo que indica la etiqueta. Los productos falsificados o mal fabricados representan otro riesgo. Para reducir esto, busca pruebas de terceros de organizaciones independientes, verifica los números de lote o de partida y prefiere marcas que publiquen cantidades claras de ingredientes en lugar de mezclas "propietarias" vagas. Un etiquetado claro y verificable facilita entender realmente qué estás usando. La dosificación y la absorción son las otras variables principales que influyen en que los suplementos no funcionen. Si la cantidad tomada es demasiado baja o se consume de manera inconsistente, los resultados variarán mucho. La absorción depende de la formulación y de cómo el cuerpo maneja el ingrediente, lo cual puede verse afectado por el momento, otras sustancias e incluso la condición digestiva. Soluciones prácticas incluyen seguir las porciones indicadas en la etiqueta, evitar duplicar ingredientes innecesariamente y considerar si una forma o método de entrega diferente puede ofrecer una absorción más confiable. También, almacenar y manejar los productos de manera que se conserve su potencia para prevenir su degradación. Las soluciones prácticas para abordar el problema de suplementos que no funcionan se reducen a obtenerlos de fuentes confiables, almacenarlos correctamente y usarlos de manera consistente. Compra en minoristas de buena reputación, revisa las fechas de caducidad y lleva un registro de los números de lote para poder reportar problemas si es necesario. Guarda los productos en un lugar fresco y seco, lejos de la luz directa, reutiliza y rota los envases para evitar usar contenedores caducados, y mantén un registro sencillo del uso que notas cuando empezaste un producto y cualquier observación. Al fortalecer estos aspectos básicos, estarás mejor preparado para entender qué está causando que los suplementos no funcionen y mejorar la consistencia en tu rutina.